Por Ricardo Tosto – Secretario General Sindicato Obras Sanitarias – Triunvirato CGT Regional Río Cuarto

En diferentes ámbitos de la vida cotidiana, la sociedad experimenta sucesos donde los que la integran son sus protagonistas, y generalmente son quienes deben lidiar con las consecuencias de estos sucesos. Hablar de los jóvenes, es pensar que son quienes vivirán estas consecuencias, y sería demasiado injusto que sean protagonistas de los resultados ya sean buenos o malos y no incorporarlos en las tomas de decisiones en la actualidad.

En una familia, el joven cumple ese rol de crecimiento cotidiano que nos enseña a los adultos, diferentes facetas, la principal la de ser padres, en un club deportivo, vemos en los jóvenes ese espíritu de aprendizaje y crecimiento continuo que nos refleja el desarrollo de un ámbito integrador y dador de valores.

En la educación, colegios y universidades, ya encontramos en estos jóvenes, a personas que desean lograr el mayor de los objetivos sociales, la independencia, formarse y prepararse para dotarse de herramientas que le serán de gran ayuda a la hora de desarrollarse laboralmente en esta sociedad.

Un joven trabajador, de manera formal o informal, de una actividad u otra, debe tener dos objetivos muy claros, primero, trabajar para lograr su independencia económica, con todo lo que por añadidura le vendrá en su vida social, y por otro lado, cuidar, y ser garante de que dicho trabajo sea el futuro que acobije a los jóvenes o individuos que vienen por detrás.

José Luis Lingeri – Referente Sindical

Un trabajador es garante del trabajo cuando se involucra en el mismo. No solo por el salario, no solo por cumplir responsabilidades, sino por promover el sentido de pertenencia. Saber que, al joven trabajador, el desarrollarse en una actividad le da un sello, un sentido, la pertenencia de un rol que contribuye socialmente en el mercado laboral y promueve la integración. Ya sea un comerciante, vendedor, panadero, un enfermero, un portero, un mecánico, un metalúrgico, un trabajador de obras sanitarias, de luz y fuerza, un docente, un musico, un carpintero, etc, etc.

Al hablar de integración, sentido de pertenencia y de involucrarnos, es donde comienza a jugar un rol protagónico la organización sindical. Organización que debe saber escuchar y dar lugar al trabajo de estos jóvenes, de saber interpretar la mirada de quien está comenzando a experimentar en esta etapa de su vida.

El sindicato es quien debe adoctrinar y fomentar el espacio para que cada joven exprese su mirada actual sobre las necesidades que padece, como el derecho a la vivienda, al salario digno, a capacitarse diariamente y así jerarquizar la labor. Como así también cada joven debe encontrar en este espacio un lugar para crecer, para ser parte activa de las tareas del sindicato, que necesita de esa mirada joven para crecer en su total desarrollo. Y así lograr afianzar el sentido de pertenencia de la clase trabajadora, que si se mantiene unida en todas sus facetas lograra hacer cada día más fuerte los cimientos de una sociedad que merece ser edificada día a día con el valor del trabajo.