El hallazgo de restos óseos humanos en el predio del ex centro clandestino de detención La Perla, en Córdoba, constituye un hecho de enorme trascendencia en la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia. La investigación contó con un aporte decisivo del geólogo Guillermo Sagripanti, docente e investigador de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), reconocido por su trayectoria en geología aplicada a la antropología forense y su trabajo conjunto con el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
A partir del análisis de una fotografía aérea de 1979, Sagripanti logró orientar la búsqueda en un predio de más de 3.200 hectáreas, lo que permitió delimitar un área de apenas 10 hectáreas en la que finalmente se encontraron restos humanos. El procedimiento se realizó con un sistema de imágenes comparadas que posibilitó identificar alteraciones en los sedimentos del terreno.
El juez federal Hugo Vaca Narvaja, a cargo del Juzgado Federal N° 3, confirmó en conferencia de prensa que los restos fueron hallados en un sector del predio denominado Loma del Torito, en el marco del expediente 35009693/1998, iniciado tras la denuncia del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y familiares de desaparecidos. “Se hallaron restos humanos con un nuevo sistema de relevamiento”, precisó. Entre los elementos recuperados se encuentran un fémur, partes de cráneo y otros fragmentos óseos, que serán sometidos a estudios del EAAF y cotejados con el banco genético de ADN para intentar establecer su identidad.
Silvana Turner, integrante del equipo forense, destacó la labor técnica que permitió focalizar la búsqueda en un área reducida del predio: “Este hallazgo fue posible gracias a un sistema de imágenes comparadas que reveló diferencias en los sedimentos alterados”.
La investigación, que demandará varias semanas de trabajo, se desarrolla en el marco de una causa por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar. El secretario del Juzgado, Miguel Ceballos, detalló que los restos aparecieron “en las primeras jornadas de los 70 días de trabajo planificados” y remarcó que será “un proceso largo” para establecer la data y cruzar la información genética.
Este hallazgo se suma a los antecedentes de 2015, cuando se logró identificar en La Perla restos de un grupo de estudiantes de Medicina desaparecidos en 1975 en la zona de los hornos de Ochoa.
Con este nuevo paso, se refuerza el rol de la universidad pública y de sus especialistas en los procesos que sostienen la memoria colectiva y la justicia en Argentina. El aporte del investigador de la UNRC constituye un ejemplo del valor del conocimiento científico aplicado a las causas más sensibles de nuestra historia reciente.