Por Laura Olocco. Comunicadora SocialÂ
En RÃo Cuarto se concentra una gran cantidad de investigadoras e investigadores que construyen saber todos los dÃas. La Universidad Nacional de RÃo Cuarto en particular, cuenta con más de 500 Proyectos de investigación y transferencia con subsidios internos y externos. Más de 400 becarios y becarias de investigación de grado y posgrado, en sus 11 Institutos de Investigación propios y de doble dependencia con CONICET. Posee asimismo 1100 docentes investigadores categorizados.
El pasado 10 de abril fue el DÃa de la Investigadora y del Investigador CientÃfico. Esta fecha conmemora el nacimiento del Doctor Bernardo Houssay en 1887, eminente cientÃfico argentino cuya trayectoria marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la ciencia en nuestro paÃs y en el mundo. Fue galardonado con el primer Premio Nobel latinoamericano de Medicina y FisiologÃa en 1947. Sus investigaciones y descubrimientos sobre el papel de la hipófisis en la regulación de la cantidad de azúcar en sangre resultaron esenciales para comprender la diabetes.
Pero, ¿qué pasa con el lugar que ocupan las mujeres en la generación del conocimiento?
En la Argentina, la mayorÃa de quienes investigan son mujeres: 6 de cada 10 personas, situación que se mantiene prácticamente en los mismos valores desde 2018. Sin embargo, siguen enfrentándose a un conjunto de barreras invisibles que les impiden acceder en condiciones de igualdad de género a los puestos de toma de decisión de mayor responsabilidad, fenómeno conocido como “techo de cristalâ€, del cual hemos hablado en diferentes oportunidades, aplicado en diversas áreas que nos atraviesan como sociedad.
Las mujeres ocupan sólo 3 de cada 10 puestos directivos de los organismos de ciencia. Además, acceden en menor medida que los varones a las categorÃas más altas de la carrera de investigación y continúan subrepresentadas en las áreas de ingenierÃa y tecnologÃa.
Los datos surgen del informe “Diagnóstico sobre la situación de las mujeres en ciencia y tecnologÃa 2023†que dio a conocer el Ministerio de Ciencia, TecnologÃa e Innovación de la Nación. La mayor parte de las mujeres investigadoras argentinas se concentra, en términos de posición en la jerarquÃa ocupacional, en la categorÃa “C†que reúne a investigadores e investigadoras en el comienzo de la carrera de profesional de investigación, asà como a quienes desempeñan becas de investigación académica posdoctoral, superando en 5,2 puntos porcentuales a los varones.
En cambio, solo el 10,6% pertenece a la categorÃa “A†que aglutina los cargos de investigador/a principal y superior del Conicet y las categorÃas I y II del Programa de Incentivos a los Docentes Investigadores de las Universidades Nacionales frente al 16,8% de los varones.
El informe explica que las mujeres están especialmente subrepresentadas en las áreas de ingenierÃas y tecnologÃas, en las cuales sólo el 8,1% de las mujeres investigan en dicho campo frente a casi el doble (16,9%) de varones. Es decir que casi 2 de cada 10 investigadores se dedican a las ingenierÃas y tecnologÃas, cuando solo 1 de cada 10 investigadoras lo hace.
En otras áreas del conocimiento, el porcentaje de participación de mujeres frente a varones es similar: en el caso de las ciencias agrÃcolas hay 6,3% de mujeres frente a 7,6% de varones investigando en dicha disciplina; en las ciencias naturales y exactas, si bien los porcentajes son mayores, la proporción femenina y masculina es también similar, alrededor de 26,2% de las mujeres se desarrollan en dichas áreas frente a un 27,3% de varones.
Como contracara, hay una mayor presencia de mujeres en áreas del conocimiento como las ciencias sociales, en donde la diferencia es de 4,3 puntos porcentuales; en las ciencias médicas y de la salud con una distancia de 3,7 puntos porcentuales; y finalmente en las humanidades con una distancia de 3,2 puntos porcentuales.
Necesitamos indudablemente como sociedad, el diseño de diferentes acciones e iniciativas aporten y favorezcan al acceso de las mujeres cientÃficas en las mayores categorÃas de jerarquización y a los puestos directivos de los organismos de ciencia.