El duro escenario recesivo del país para este 2024 proyecta una inevitable retracción de la producción, estimándose en un 4,9%, pero con indicadores de mayor gravedad en la industria, la construcción y el comercio.
La consultora económica Audemus concluyó un informe en el que estima el desempeño de cada uno de los sectores de Argentina, anticipando lo que se denomina un “apagón productivo”, con un desplome promedio del 5%.
El documento plantea dos escenarios: uno optimista y otro pesimista; en ambos detectaron caídas en 13 de los 16 sectores analizados. Las únicas actividades para las que se prevén subas son el agro, los hidrocarburos y la pesca. En cambio, las caídas más pronunciadas se darían en construcción, industria y comercio.
La recesión ya pega de lleno sobre los indicadores económicos. Otro relevamiento, tomando a distintas fuentes de variables económicas refleja que en enero los muestreos tempranos exhiben caídas generalizadas.
En estas mermas se destacan el impuesto a los créditos y débitos, los patentamientos de autos y motos, indicadores vinculados a la construcción, los despachos de cemento, las ventas minoristas y los préstamos al sector privado, entre otros.
Todos los indicadores en rojo
Hacia adelante -por caso, el curso del primer semestre- el panorama no es más alentador. Un informe con indicadores de actividad y modelizaciones en base al historial del comportamiento de los diferentes rubros arroja resultados en rojo para la gran mayoría de actividades productivas.
En este contexto, las únicas categorías que tendrían un desempeño positivo en 2024 son el agro, hidrocarburos y minería y la pesca. Así, las mayores caídas se observarían en construcción (entre -14% y -17%), industria (entre -9% y -11,5%), comercio (-11,5% y -9%). Les siguen “otros servicios” con bajas de entre -9,5% y -7,5%, transporte y comunicaciones (-8% y -6,5%).
En el acumulado, la caída promedio de la producción sería de entre 4,9% y 2,8% dependiendo si se trata del escenario optimista o el pesimista.
Bendito dólar, maldita inflación
Entre los datos puntuales y los saldos, todo quedará supeditado a la performance general del dólar. El ingreso de la divisa norteamericana permitiría estabilizar en parte la economía durante la segunda mitad del año. Además, todos los operadores coinciden en que el tipo de cambio puede funcionar como un ancla nominal más fuerte, lo que evitaría una disparada todavía mayor de la alta inflación vigente y proyectada.
Sobre este punto creen que la variación de precios en un escenario optimista, podría alcanzar el 284% interanual, partiendo de la baja base de comparación que deja diciembre del 2023. El segundo escenario, prevé carencia de financiamiento externo y supone un tipo de cambio mucho más inestable con una inflación de 572% en el año y una baja superior al 9% punta a punta en el poder adquisitivo.
Así y todo, se anticipan caídas inevitables y superiores en aquellos rubros que dependen fuertemente del mercado interno y que no son de primera necesidad como la textil-indumentaria, calzado, muebles, juguetes, electrónica y línea blanca. Otros sectores como hoteles y restaurantes, finanzas, electricidad y agua, servicios inmobiliarios y profesionales, enseñanza, salud y servicios domésticos también sufrirían caídas pronunciadas.