El Papa León XIV aprobó este jueves 18 de diciembre el milagro atribuido a la intercesión de Enrique Shaw, laico argentino, modelo de esposo, padre y empresario, fallecido en 1962 a sus 41 años.
Así lo informó el Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, Cardenal Marcello Semeraro, al anunciar la promulgación del decreto correspondiente.
El milagro atribuido a la intercesión de Enrique Shaw es la curación inexplicable de un niño de 5 años, que en junio de 2015 sufrió una gravísima lesión en el cráneo, producto de la patada de un caballo. Su familia, vinculada a la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) —fundada por Enrique Shaw—, comenzó a pedir oraciones confiadas a su intercesión. Con el correr de los días, la cadena de oración unió a miles de personas en distintos países, recoge Infobae del testimonio de Fernán de Elizalde, administrador de la causa.
Tras 45 días en estado crítico y luego de cinco cirugías, los médicos decidieron implantarle una válvula de drenaje permanente en el cerebro. Sin embargo, justo antes de la cirugía, en un chequeo final de rutina, el cirujano descubrió lo inesperado: el líquido estaba drenando de manera espontánea y la presión intracraneal se había regularizado, por lo que ya no era necesario colocar la válvula.
La recuperación del niño fue rápida: en pocos días fue extubado y tuvo una mejora neurológica. 15 días más tarde, ya se encontraba en rehabilitación. “Se recupera por completo, sin secuelas neurológicas, sin daño cognitivo, sin deformaciones visibles. Hoy, ya adolescente, lleva una vida normal. Nadie podría imaginar lo que atravesó, salvo por el conocimiento de su historia”, detalló De Elizalde a Infobae.
“Mucha alegría para la Iglesia argentina”
La Conferencia Episcopal Argentina recibió “con alegría” la promulgación del Decreto del Dicasterio para las Causas de los Santos reconociendo un milagro por intercesión de Enrique Shaw.
“Como argentinos nos llena el corazón este reconocimiento que habilita la pronta beatificación de este hijo de la Iglesia que no solamente ‘pasó haciendo el bien’”, expresaron los obispos, “sino que su testimonio luminoso sigue animando el compromiso pastoral de tantos hermanos y hermanas de nuestra patria”.
Al agradecer a Dios por su testimonio y compromiso con su idea de “empresa humana, justa y solidaria”, la Conferencia Episcopal expresó su apoyo a ACDE, a la Acción Católica Argentina y a la Universidad Católica, de las que Enrique Shaw fue impulsor y parte, en la tarea que llevan adelante.
Al conocerse la noticia, desde Roma, Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense de Argentina y vicepostulador de la causa, aseguró a ACI Prensa que “hoy es un día de mucha alegría para la Iglesia argentina”.
Al hablar de Shaw, Mons. Olivera lo calificó como “un hombre y un empresario que es gran modelo”, y valoró: “En tiempos de oscuridad surge este ejemplo providencial de una economía solidaria, que nos invita la amistad social, a sentir el trabajo empresarial como un lugar de familia, y que los obreros tengan parte y también se beneficien del avance, la riqueza y el esfuerzo que ellos hacen para que la empresa sea pujante y dé frutos”.
«Muy contentos, ahora esperando su pronta beatificación allí en Buenos Aires. Obviamente la Acción Católica, el Arzobispado, ACDE tendrán que ver tiempo, lugar y coordinar con el Dicasterio para la Causa de los Santos, para la presencia del delegado que el Papa León mande, si así se considera”, precisó.
Sobre la noticia, el obispo admitió: “Lo esperábamos, pero nos sorprendió la prontitud de estos días y damos gracias a Dios, sin duda; a todos los que trabajaron desde hace tantos años e hicieron posible esto”.
“Siempre hay que ser muy agradecidos a los que rezaron, a los que empezaron, al primer postulador, al Cardenal [Jorge María] Mejía, y a todos los que hoy siguen trabajando en la causa”, repasó.
El Cardenal Mejía fue uno de los iniciadores de la causa, y quien creó la Comisión Enrique Shaw.
Los frutos de las causas
Mons. Olivera agradeció especialmente a quienes rezan, “porque los frutos de las causas, que son modelos y huellas, son también respuestas de Dios al pueblo orante que con confianza pide esta gracia».
Finalmente, agradeció a la familia del niño curado, “porque a la fe de ellos le debemos también esta gracia, y no sólo tenemos que dar gracias a Dios por la vida del niño (hoy adolescente) sino porque la fe de la familia hizo posible que hoy toda la Iglesia y la Argentina particularmente pueda alegrarse por esta noticia”.
Enrique Shaw fue un laico católico argentino, modelo de esposo, padre de nueve hijos y empresario de gran vocación social.
Llegó a ser directivo de la cristalería Rigolleau, donde forjó un vínculo fraternal con los empleados, y en el ámbito católico fundó la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), impulsó la Universidad Católica Argentina y fue dirigente nacional de la Acción Católica. Murió de cáncer en 1962, a sus 41 años.
Sara Shaw, hija del próximo beato; su nieta Sara Critto; y el P. Gastón Lorenzo, actual párroco de la basílica Nuestra Señora del Pilar, templo al que Enrique y su familia asistían a Misa, y donde descansan sus restos, recordaron su figura y legado.
Todos podemos ser santos
En diálogo con EWTN, Sara Shaw consideró que la beatificación de su padre es “una bendición inmerecida” al tiempo que “una responsabilidad apostólica”. Asimismo, el mensaje que rescata la hija del futuro beato es que “todos podemos ser santos” y que las causas de canonización buscan “inspirar el deseo de santidad”.
Su corazón, en este momento de gracia para la Iglesia, siente “serenidad”, aseguró Sara. “Yo sabía que mi papá era un santo y que estaría en el cielo, como mucha gente, lo que pasa es que los papeles no se pueden hacer a todos; la Iglesia selecciona a algunas personas”.
En constante presencia de Dios
Sobre su padre, la mujer recordó que “él realmente vivía intensamente, cada minuto, cada hora, y todo cerca de Dios. Decía muchas jaculatorias: que sea lo que Dios quiera, gracias Dios mío, y yo, como hija, me daba cuenta de que él estaba en la presencia de Dios constantemente”.
Sara Critto, nieta de Enrique Shaw, describió este momento como “una bendición enorme, una alegría”.
Su corazón, afirmó, “explota de alegría, es una cosa de la Virgen esto, porque Enrique la consideraba su socia, su consultora permanente”, recordó, al valorar que el decreto se aprobó “justo el día de la Virgen de la Esperanza, en el año del jubileo de la Esperanza”. “Da muchísima esperanza y alegría esta noticia, todavía no lo puedo creer”, admitió.
Sobre el ejemplo de su abuelo en la sociedad actual, “Sarita” destacó que “se puede ser un padre de familia y un empresario santo”, y Enrique lo demuestra porque “él buscó, se propuso ser santo, empezar ya desde muy joven, puso los medios concretos, y unió su deseo, su propósito a la acción”.
“Él priorizó los sacramentos, por eso venía a Misa todos los días en esta Basílica del Pilar, también el rosario” que rezaba en familia y aseguraba que sería “la costumbre de más valor que le iba a dejar a sus hijos”, recordó su nieta, subrayando la “gran vida espiritual” de Enrique.
Hacer de la empresa una comunidad de vida
Al detenerse en su experiencia en la cristalería Rigolleau, la nieta afirmó que Shaw “logró hacer una comunidad de vida donde cada uno tenga su dignidad, una empresa inclusiva, donde él escuchaba a todos y recordaba los nombres de los más de 3.500 trabajadores, les preguntaba por sus cosas y trataba de ayudarlos a ascender, los servía y ellos no lo notaban, y por eso prestaban un mejor servicio”.
El párroco de Nuestra Señora del Pilar, P. Gastón Lorenzo, recordó a Enrique Shaw como “un laico comprometido con la Iglesia, que participaba diariamente de la Santa Misa aquí en la Iglesia, en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar. Padre de familia, con muchos hijos, que al finalizar la Misa rezaba en el altar de la Virgen de Luján, junto con toda su familia, la Salve, por eso sus restos descansan hoy a los pies de ese altar”.
Un empresario de Dios con sangre trabajadora
Pese a que partió muy joven a la casa del Padre, el sacerdote subrayó que “tuvo una vida muy fecunda”.
“Fundador de ACDE, la Asociación Cristiana de Empresarios, trabajó en la Universidad Católica Argentina, en la Acción Católica Argentina, tuvo su paso por las Fuerzas Armadas también. Un hombre de una vida muy fecunda, que lo podríamos definir como un empresario de Dios con sangre trabajadora”, sintetizó.
Cuando su enfermedad avanzó, “ya internado, donde necesitaba transfusión de sangre, todos los trabajadores de su empresa hacían cola y cola para donarle sangre a él. Así que él se fue al cielo con la sangre de todos esos hombres que trabajaron en su empresa”, relató.
“Ciertamente la causa de Enrique se inició aquí, es un beato de la Arquidiócesis de Buenos Aires”, valoró el párroco, por lo que es probable que la ceremonia de beatificación se realice allí.
La beatificación de Enrique Shaw, resumió el sacerdote, “es un llamado a tomarnos en serio la santidad”, porque “es un camino para todos, no solo para algunos privilegiados”.
En consonancia con el llamado a la paz en el que tanto insiste el Papa León XIV, el P. Lorenzo recordó que “la paz se construye en el metro cuadrado” y Enrique Shaw “es un mensaje para trabajar por la unidad en donde nosotros desarrollemos nuestra vida”.





