La festividad, que reúne a miles de peregrinos, da inicio a tres días de celebración en un Año Jubilar lleno de significado.

Más de 300 años de historia y devoción se hicieron sentir en cada paso de los miles de peregrinos que nos visitaron desde todo el país. Esta festividad, profundamente arraigada en nuestra identidad cultural y religiosa, cobra un significado aún más profundo en este Año Jubilar, que nos invita a renovar la esperanza y la unión como comunidad.

Los asistentes participaron en diversas actividades, desde misas y procesiones hasta momentos de reflexión y alegría compartida. Este encuentro no solo fortalece la fe individual, sino que también reafirma los lazos comunitarios, creando un espacio de encuentro y solidaridad para todos.

Durante estos días de celebración, se invita a todos a disfrutar de la espiritualidad, la música y las tradiciones que definen nuestra cultura. La esperanza y la devoción se renuevan, recordándonos la importancia de estar unidos en la fe.