La norma reconoce la importancia de la preservación de la lengua de señas y su difusión como parte del patrimonio lingüístico y cultural de la sociedad.
Por unanimidad, la Cámara de Diputados le dio este jueves media sanción al proyecto de ley que reconoce a la Lengua de Señas Argentina (LSA) como una lengua natural y originaria en todo el territorio nacional, una medida reclamada desde hace años por organizaciones de personas sordas.
La iniciativa, cuyo tratamiento en el Senado podría darse antes de fin de año, recibió 229 votos afirmativos y ya fue girada este mismo jueves según confirmó en plena sesión la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, a la Cámara Alta presidida por Cristina Fernández de Kirchner.
La norma reconoce la importancia de la preservación de la lengua de señas y su difusión como parte del patrimonio lingüístico y cultural de la sociedad, conformando un legado histórico inmaterial que hace a la identidad lingüística y la herencia cultural de las personas sordas.
Al abrir el debate en torno al proyecto, el diputado de Juntos Somos Rio Negro y presidente de la comisión de Discapacidad, Luis Di Giácomo, sostuvo que esta lengua «visogestual» debe ser «oficializada y jerarquizada» para «eliminar barreras comunicaciones, remover barreras actitudinales y otorgar visibilización en un medio de comunicación no verbal para poner en pie de igualdad a las personas sordas con el resto de las personas».
A continuación, la sanjuanina Graciela Caselles (Frente de Todos) destacó la importancia de aprender la lengua de señas y se comprometió a emprender ella misma esa tarea. «Poder tener un lenguaje natural y propio evidentemente es un camino de inclusión social, de desarrollo intelectual, de desarrollo afectivo», consideró la oficialista.
Por el Pro, Dina Rezinovsky utilizó lengua de señas para pedir perdón a la comunidad sorda por haber demorado tanto tiempo en reconocer su sistema de signos lingüísticos. «Lo que estamos tratando hoy es un tema de derechos humanos, no de discapacidad», diferenció la diputada opositora.
En representación de Evolución Radical, Carla Carrizo explicó que la lengua se señas «no compite con el español». «Hay que enseñar y comunicar muy bien, para que esa empatía que empieza a tener un enfoque de derechos humanos en la Argentina con esta comunidad empiece a entenderse en todos los ámbitos públicos: en los funcionarios y en las escuelas. Y finalmente que llegue al Senado y que salga antes de cerrar este año», reclamó.
Por su parte, el diputado oficialista Eduardo Valdés precisó que la ley «le da derechos a 1.120.000 compatriotas sordos, y si sumamos a sus familias son 3 millones de personas afectadas».
En el cierre, Leonardo Grosso (Frente de Todos) remarcó que esta «es una ley de consenso» trabajada entre todos los bloques, que «nace de la comunidad sorda organizada en nuestro país y que llega al Congreso por el impulso de ellos».
La iniciativa es una respuesta a una demanda histórica de la Confederación Argentina de Sordos, que se plasmó en una campaña de recolección de firmas lanzada a través de la plataforma de Change.org que lleva reunidas más de 130.000 adhesiones.