Integrantes del Instituto para el Desarrollo Agroindustrial y de la Salud, de doble dependencia UNRC y CONICET, emitieron un documento en el cual repudiaron “recientes comentarios” del Presidente de la Nación, en los que acusó a los científicos de “esconderse canallescamente detrás de la fuerza coactiva del Estado” y los conminó a “salir al mercado” para ofrecer sus investigaciones. Le respondieron: “El conocimiento es una herramienta poderosa para combatir la ignorancia, la pobreza y la enfermedad”. Y afirmaron: “Es una inversión en el futuro de Argentina, en la generación de empleo, en la mejora de la calidad de vida de todos los ciudadanos y en el avance de la sociedad en su conjunto”.
Integrantes del Instituto para el Desarrollo Agroindustrial y de la Salud, de doble dependencia UNRC-CONICET, hicieron público un pronunciamiento en el cual manifestaron su “total rechazo” a recientes declaraciones del presidente Javier Milei, quien tomó como blanco de sus insultos a los científicos que trabajan en organismos nacionales.
En el ex Centro Cultural Kirchner, ante la presencia de artistas, sindicalistas y otros, Milei incluyó a los científicos entre quienes pertenecen a lo que llama “Partido del Estado”. Habló de “los supuestos científicos e intelectuales, que creen que tener una titulación académica los vuelve seres superiores y -por ende- todos debemos subsidiarles la vocación”. Y agregó: “Si tan útiles creen que son sus investigaciones, los invitan a salir al mercado -como cualquier hijo del vecino- investiguen, publiquen un libro y vean si a la gente le interesa o no, en lugar de esconderse canallescamente detrás de la fuerza coactiva del Estado”.
Ante tal descalificación, el Instituto IDAS, que preside el doctor Darío Falcone, investigador principal del CONICET y docente de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNRC, expresó su “total rechazo” a los dichos de Milei, en los que “menosprecia y desacredita a la comunidad científica. Estos comentarios, además de ser ofensivos, demuestran una falta de comprensión del papel fundamental que juega la ciencia como motor de desarrollo y bienestar en las sociedades”.
Desataca el documento de los científicos universitarios locales: “La ciencia, en su esencia, no es una cuestión de mercado, ni tampoco de vanidad individual. La ciencia es un esfuerzo colectivo por tratar de comprender el mundo en el que vivimos y, de esta forma, poder mejorar la vida de todos los habitantes del país. Los avances científicos, como se ha demostrado a lo largo de la historia, no siempre son inmediatamente ‘rentables’ o revolucionarios; de hecho, un gran número de las contribuciones más significativas han surgido de trabajos cuyos frutos se reconocieron mucho tiempo después de haber sido sembrados”.
A continuación, se transcribe el texto completo del pronunciamiento emitido por el Instituto para el Desarrollo Agroindustrial y de la Salud (IDAS):
«El Consejo Directivo del Instituto para el Desarrollo Agroindustrial y de la Salud (IDAS), una Unidad Ejecutora de doble dependencia entre la UNRC y CONICET, manifiesta su total rechazo a las recientes declaraciones del presidente Javier Milei, en las que menosprecia y desacredita a la comunidad científica. Estos comentarios, además de ser ofensivos, demuestran una falta de comprensión del papel fundamental que juega la ciencia como motor de desarrollo y bienestar en las sociedades.
La ciencia, en su esencia, no es una cuestión de mercado, ni tampoco de vanidad individual. La ciencia es un esfuerzo colectivo por tratar de comprender el mundo en el que vivimos y, de esta forma, poder mejorar la vida de todos los habitantes del país. Los avances científicos, como se ha demostrado a lo largo de la historia, no siempre son inmediatamente “rentables” o revolucionarios; de hecho, un gran número de las contribuciones más significativas han surgido de trabajos cuyos frutos se reconocieron mucho tiempo después de haber sido sembrados. La investigación básica en áreas como la física cuántica, química, física, biología, etc., que podrían parecer para muchos distantes de las necesidades del ciudadano común, han dado lugar a tecnologías y desarrollos que hoy sostienen, por ejemplo, la medicina moderna, las industrias energéticas, las telecomunicaciones e incluso la economía global. Al invitarnos (a los científicos de Argentina) a salir al mercado para que validemos la utilidad de nuestras investigaciones, se está excluyendo un aspecto fundamental y crucial del progreso humano: no todo lo que es inmediatamente visible o rentable a corto plazo tiene menos valor para la sociedad. Esto ya ha sido claramente demostrado. El desarrollo científico y el conocimiento, por su propia naturaleza, no responde a los ciclos de oferta y demanda.
Los laboratorios no pueden medirse por rentabilidad. Las investigaciones han salvado millones de vidas a través de vacunas, por ejemplo. Los desarrollos en energías renovables hoy tratan de mitigar la crisis climática; los avances en internet, que revolucionaron no solo la comunicación, sino también la economía global, no habrían sido posibles si hubieran estado sujetos al “juicio inmediato del mercado” en sus primeras etapas. Es cierto que la ciencia, como cualquier otra actividad, debe rendir cuentas a la ciudadanía, pero hay que entender que la ciencia financiada por el Estado no es un subsidio para las vocaciones individuales. Más bien es una inversión en el futuro.
Por otra parte, como en cualquier otro ámbito, existen personas que pueden ser soberbias o considerarse superiores solo por tener un título. No obstante, generalizar y descalificar a toda una comunidad científica por las actitudes de tal vez unos pocos es una simplificación bastante peligrosa. Referirse a los científicos/as como parte de una supuesta “casta” no representa de ninguna manera a quienes formamos parte del sistema científico argentino. Los científicos no somos parte de una élite desconectada de las preocupaciones del pueblo. Al contrario, dedicamos mucho esfuerzo en resolver problemas que afectan directamente a la sociedad. Lo que nos impulsa no es la búsqueda de un “estatus superior”, sino el entendimiento de que el conocimiento es una herramienta poderosa para combatir la ignorancia, la pobreza y la enfermedad.
En este contexto, queremos destacar que mensajes de este tipo aentan contra la esperanza de nuestros becarios/tesistas y graduados, así como de nuestros estudiantes de grado, ejes fundamentales de nuestro futuro. Es fundamental reconocer el valor de la ciencia y fomentar un diálogo constructivo que promueva su desarrollo y aplicación en beneficio de toda la sociedad. La investigación científica no debería ser menospreciada ni utilizada como un chivo expiatorio en discursos políticos. En lugar de eso, debemos trabajar juntos para garantizar que se le brinde el apoyo y los recursos necesarios para seguir avanzando en la búsqueda del conocimiento y el progreso. Lejos de un enfrentamiento entre el mercado y la ciencia, deberíamos reconocer que ambos son necesarios para el bienestar de todos. En última instancia, el progreso no es un camino de competencia individual, sino de colaboración.
Por último, instamos a todos los ciudadanos a defender y apoyar la ciencia y la educación pública en nuestro país. La inversión en investigación y desarrollo científico es una inversión en el futuro de Argentina, en la generación de empleo, en la mejora de la calidad de vida de todos los ciudadanos y en el avance de la sociedad en su conjunto. No permitamos que los discursos negativos e irrespetuosos socaven la importancia de la ciencia en nuestra sociedad. Comprometámonos a seguir promoviendo y defendiendo la ciencia como un pilar fundamental de nuestro desarrollo.»