Las precipitaciones registradas en julio en todos los departamentos de la provincia de Córdoba modificaron el escenario para la campaña fina. Tras un inicio condicionado por heladas y dificultades en la implantación, las lluvias permitieron recomponer la humedad en los perfiles y contrarrestar parte de los daños previos en los cultivos de trigo y garbanzo.

De acuerdo con el último informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA), los cultivos invernales resultaron ampliamente favorecidos, lo que permitió revertir retrasos fenológicos observados en relevamientos anteriores. En el caso del garbanzo, si bien la mayoría de la superficie sembrada esta campaña se ubica bajo riego, los lotes de secano también se beneficiaron significativamente de las precipitaciones.
“En líneas generales, tanto trigo como garbanzo presentaban un estado entre muy bueno y excelente en toda la provincia, con una menor proporción de superficie en condición regular o mala respecto del relevamiento previo”, destaca el reporte.

Estado fenológico y sanitario

El trigo se encontraba mayoritariamente en macollaje, con un 3% de los lotes en elongación del tallo, etapa de máxima producción de hojas. El garbanzo, por su parte, presentaba entre 3 y 4 hojas multifoliadas desplegadas en el tallo principal, a punto de ingresar en la floración temprana. La disponibilidad de agua en estas fases es clave, ya que la falta de humedad puede limitar el desarrollo foliar y reducir el rendimiento potencial.
En cuanto al estado sanitario, la situación es favorable. En trigo se detectó presencia de pulgón verde (Myzus persicae) y roya anaranjada (Puccinia triticina), ambos con baja incidencia. En garbanzo solo se reportaron malezas en estadios iniciales, principalmente crucíferas, sin impacto productivo relevante hasta el momento.

Un aporte hídrico clave

Según la red de estaciones meteorológicas de la BCCBA, las lluvias de julio superaron los promedios históricos en toda la provincia. En el sureste, incluso, fueron entre cinco y siete veces superiores a lo habitual. Este aporte contribuyó a recomponer las reservas de agua en las regiones sur y este, donde se concentra la mayor superficie de trigo, aunque no se verificó en el resto del territorio provincial.

Fuente: TodoAgro