Un equipo del CONICET y la Universidad de Groningen desarrolló un proceso innovador y de bajo costo para transformar yerba mate usada en bioaceite, un insumo con aplicaciones energéticas, químicas y sostenibles.
La yerba mate, una de las infusiones más representativas de Sudamérica, podría convertirse en una nueva fuente de energía renovable. Investigadores liderados por Martín Palazzolo, del Instituto de Biología Agrícola de Mendoza (IBAM, CONICET-UNCUYO), junto a científicos de la Universidad de Groningen (Países Bajos), desarrollaron un proceso de pirólisis que permite convertir los residuos de yerba mate en bioaceite de alto valor comercial.
Un proceso innovador y accesible
El equipo diseñó un reactor experimental de bajo costo, creado para procesar la cantidad de yerba que contiene un mate típico. A través de este sistema, lograron transformar la biomasa en tres productos:
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Biochar, un carbón vegetal útil para el agro.
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Gases combustibles (CO₂, H₂ y CH₄).
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Bioaceite, una sustancia rica en compuestos aromáticos derivables de la lignina, con potencial para reemplazar insumos derivados del petróleo.
“El bioaceite puede aportar carbono renovable para elaborar productos como plásticos, aromas, resinas o combustibles. Convertimos un residuo cotidiano en un recurso de alto valor”, explicó Palazzolo.
Economía circular aplicada
El estudio, publicado en Waste Management, representa un avance en economía circular y sostenibilidad. Además de aprovechar la yerba usada, el proceso recupera extractos con cafeína y minerales y genera subproductos útiles sin necesidad de tratamientos adicionales.
“Tomamos algo que se considera basura y lo transformamos en productos valiosos. Científicamente es viable, logísticamente posible y ambientalmente tiene todo el sentido”, concluyó el investigador.
Fuente: https://www.conicet.gov.ar/





