En un hecho que no registra precedentes, 68 ganadores del prestigioso reconocimiento firmaron una carta en la que señalan el destacado papel que ocupa a nivel global el sistema cientÃfico nacional y condenan el feroz ataque al que está siendo sometido por el gobierno nacional.
“Observamos cómo el sistema argentino de ciencia y tecnologÃa se acerca a un peligroso precipicio y nos desalientan las consecuencias que esta situación podrÃa tener tanto para el pueblo argentino como para el mundoâ€, asà comienza la carta que 68 cientÃficos ganadores del Premio Nobel le enviaron al presidente Javier Milei, al jefe de Gabinete Nicolás Posse, al presidente del CONICET Daniel Salamone y a todos los diputados y senadores nacionales.
En un hecho que no reconoce antecedentes, muchos de los principales referentes de la ciencia a nivel global elaboraron un documento en el cual, frente al feroz ataque al que el sistema de ciencia y tecnologÃa nacional está siendo sometido por el gobierno nacional, destacan los aportes que los investigadores argentinos han realizado al conocimiento mundial a lo largo de la historia, sostienen la importancia de la inversión estatal en ciencia y tecnologÃa como base para el desarrollo nacional, afirman que el sistema se encuentra al borde del precipicio e instan a las autoridades a que reviertan el recorte presupuestario.
“Tememos que Argentina esté abandonando a sus cientÃficos, estudiantes y futuros lÃderes de la ciencia. Nos preocupa que la dramática devaluación de los presupuestos del CONICET y las Universidades Nacionales refleje no sólo una dramática devaluación de la ciencia argentina sino también una devaluación del pueblo argentino y del futuro de Argentinaâ€, alertan.
Hitos cientÃficos y tecnológicos de Argentina
Más adelante, los cientÃficos internacionales manifiestan haber sido testigos de las contribuciones transformadoras de la ciencia argentina. Y enumeran: “Si no fuera por la ciencia y los cientÃficos argentinos, las causas y el tratamiento del cáncer, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares habrÃan seguido siendo un misterio durante décadas más (…) Si no fuera por la ciencia y los cientÃficos argentinos, carecerÃamos de elementos clave para nuestra comprensión del funcionamiento del Universo, desde el funcionamiento de los átomos hasta el funcionamiento de los virus, las células, los genes, el ARN y los ecosistemasâ€.
Posteriormente, el documento señala que si bien existen problemas, oportunidades y soluciones que son globales “la Argentina debe ser capaz de generar nuevas tecnologÃas centradas en problemas locales y aplicar tecnologÃas generadas por otros en un nuevo contexto local para resolver problemas localesâ€.
Y alertan: “Sin una infraestructura para la ciencia, un paÃs cae en el desamparo y la vulnerabilidad, sin desarrollar su propia tecnologÃa para avanzar, ni capacitar a las personas ni desarrollar la infraestructura necesaria para aplicar el conocimiento cientÃfico y tecnológico de otros a los problemas regionales, nacionales y locales. ¿Dónde dejarÃa a la Argentina una situación asÃ?â€.
Luego de señalar una serie de hitos cientÃficos y tecnológicos que ubican a la Argentina como el único paÃs de la región en alcanzarlos y de asegurar que los cientÃficos argentinos se destacan en numerosas áreas entre las cuales señalan geologÃa, paleontologÃa, bioquÃmica, biologÃa molecular, neurociencias, inmunologÃa, ecologÃa, fÃsica, arqueologÃa y estudios ambientales, atmosféricos y sociales, los ganadores del Nobel concluyen: “Todos estos avances han sido consecuencia del apoyo gubernamental a la investigación básica. El progreso económico y social en las sociedades modernas y la creación de riqueza a partir de los recursos naturales de un paÃs están estrechamente vinculados a una fuerte inversión pública en ciencia y tecnologÃaâ€.
Sobre el final, el documento exhorta al gobierno a que restablezca los prepuestos sometidos a restrecciones impuestas recientemente al sector cientÃfico y tecnologÃco y culmina con una advertencia: “Congelar los programas de investigación y disminuir el número de estudiantes de doctorado y de investigadores jóvenes provocará la destrucción de un sistema que tardó muchos años en construirse, y que requerirÃa muchos, muchos más para ser reconstruidoâ€.
Fuente: NexCiencia