Por Sandra Choroszczcucha – Politóloga y Profesora de la Universidad de Buenos Aires. www.sandrach.com.ar
El día 13 de agosto se celebraron las elecciones PASO (Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias) en Argentina con el propósito de elegir presidente, vicepresidente, 130 diputados y 24 senadores nacionales, y 43 parlamentarios del Mercosur.
En las elecciones los resultados, según la Cámara Nacional Electoral, respecto al voto para presidente con una participación de 69,62% del total del padrón electoral, fueron los siguientes:
MILEI | BULLRICH | R.LARRETA | MASSA | GRABOIS | SCHIARETTI | BREGMAN | SOLANO |
30,04% | 16,98% | 11,29% | 21,40% | 5,87% | 3,83% | 1,85% | 0,80% |
La Libertad Avanza 30,04% | Juntos por el Cambio 28,27% | Unión por la Patria
27,27% |
Hacemos Unidos
3,83% |
FIT
2,65% |
- Votos no emitidos (abstención electoral) + no positivos (voto en blanco) = 30,38%.
A partir de tales datos, los interrogantes que más se formulan a dos meses de que se celebren las elecciones generales, es si algún candidato cuenta con chances de ganar en primera vuelta o si el ballotage será inevitable, y si se llegara a un ballotage cuáles candidatos de los tres más competitivos podrá resultar en la dupla que se disputará la presidencia.
Si observamos los votos que obtuvo cada partido o coalición en su conjunto podemos afirmar que se presentó un empate técnico; en rigor, La Libertad Avanza obtuvo solamente 1,77% más votos que Juntos por el Cambio y Juntos por Cambio solamente 1% más que Unión por la Patria. Con estos primeros datos podemos deducir una primera conclusión, las tres fuerzas políticas como “equipo” necesitan conquistar votos ausentes o en blanco, que representaron en las PASO nacionales, un porcentaje aún mayor que el que obtuvo el candidato más votado individualmente.
Por su parte, si observamos los votos que recibió cada candidato, claramente nos alejamos de tal empate técnico, ya que Milei, como candidato único en su partido, llevó la delantera con una diferencia de 13,06% respecto a los votos que obtuvo Patricia Bullrich – quien se consagró como candidata de Juntos por el Cambio – y con una diferencia de 8,64% respecto a los votos que recibió Sergio Massa – quien se consagró como candidato de Unión por la Patria -.
Mucho se deduce observando experiencias pasadas, sobre como el voto del precandidato que perdió en la interna no se transfiere automáticamente al candidato que ganó de su mismo partido. En estas elecciones esta deducción toma aún más fuerza, y así los dilemas de Patricia Bullrich y Sergio Massa probablemente emerjan, junto al rol que pueden jugar la cuarta y quinta fuerzas, que no podrán ganar la elección, pero sí podrán probablemente influir sobre el futuro probable ballotage.
Concentrémonos en el dilema de Patricia Bullrich y el rol de la cuarta fuerza más votada, la de Juan Schiaretti: durante toda la campaña pre PASO, Patricia Bullrich enfatizó mucho en mantener un perfil nítido, duro y corajudo, bien distinto al que ella indilgaba y criticaba a Rodríguez Larreta. En este orden de cosas, los “halcones” de Bullrich se negaron rotundamente a la incorporación del peronista ex gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, a la coalición, una incorporación con la cual se mostraban muy a gusto las “palomas” de Rodríguez Larreta – el PRO blando, el Peronismo republicano, la UCR, la Coalición Cívica, etc. – En las PASO, Rodríguez Larreta obtuvo una cantidad de votos muy inferior a la esperada, pero Patricia Bullrich también – y Juntos por el Cambio como equipo también -. Pero Patricia ganó la interna y debe encender motores para alistarse a ganar la elección general, ya sea en primera vuelta o en una segunda instancia o ballotage. Ahora bien, si Patricia no se desperfila, no se vuelve más “paloma”, puede no retener los votos que eligieron a Rodríguez Larreta, y necesita estos votos, porque Patricia obtuvo muchos menos votos propios que Javier Milei y menos votos propios que Sergio Massa. ¿Esto quiere decir que votos de las “palomas” migrarían al peronismo no kirchnerista de Schiaretti? No lo sabemos. Sí sabemos que, retrocediendo en el tiempo, las “palomas” simpatizaban con el peronista cordobés, que las “palomas” se quedaron sin nada de cara a la elección del 22 de octubre, ya que Patricia Bullrich competirá como presidenta, Néstor Grindetti como gobernador bonaerense y Jorge Macri como jefe de gobierno porteño (PRO PRO PRO, halcona halcón halcón), y sabemos que la prolongada competencia pre PASO fue descarnada entre el bullrichismo y el larretismo. 11,29% fue muy poco apoyo hacia Rodríguez Larreta pero actualmente representa mucho apoyo para Patricia Bullrich. Por lo tanto, si Patricia no se muestra menos “halcona” puede perder voto “paloma”. Sin embargo, si Patricia se “palomiza” puede perder voto “halcón”, que en un menú para el 22 de octubre cuenta con un violento “león”, que con enorme voracidad ostenta engullirse a “palomas”, “halcones”, al Banco Central y hasta la misma moneda nacional.
Un similar dilema se puede presentar en el distrito porteño, el halcón Jorge Macri ganó la interna al radical Martín Lousteau para jefe de gobierno de la ciudad por Juntos por el Cambio. Jorge Macri es un súper halcón que se propuso desde que desembarcó en la ciudad porteña, mantener a la ciudad gobernada por el PRO y logró ganar la interna por una cantidad pequeña de votos (28.71% fue el apoyo que obtuvo Jorge Macri y 27,21% Lousteau). Al mismo tiempo, Leandro Santoro de Unión por la Patria obtuvo 22,17% y Santoro nos recuerda su ADN alfonsinista y nos cuenta en campaña con tonos socialdemócratas sobre las mejoras pendientes en materia de desigualdad o en educación y salud (tópicos cardinales que viene destacando Lousteau como ejes de su campaña hace años). Vale decir, el PRO “duro” logró vencer en la interna, por un pelito al radicalismo “blando”, y si bien la suma de los votos de ambos precandidatos de Juntos por el Cambio fue altísima (55,92%), es dable esperar que voto “paloma” pueda migrar hacia candidatos que conviven mejor con la socialdemocracia, en especial, si las “palomas” de Juntos por el Cambio vuelven a sentirse relegadas en una coalición que se presenta nuevamente monopolizada por el PRO, halcón.
Juntos por el Cambio se erigió como la principal oposición a un kirchnerismo que viene gobernando horrible, sin embargo, el destaque del violento libertario que captó la bronca y desazón de millones de argentinos y la codicia de poder del ala halcona del PRO, pueden echar por tierra un posible éxito de Juntos por el Cambio en las elecciones nacionales del 22 de octubre.