Por Gerardo Gastaldi. Relaciones Públicas e Institucionales. Director de CLAVE Estrategia & Comunicación
Durante el mes de enero, el tema candente en el mundo deportivo fue la no participación de Novak Djokovic en el Abierto de Australia, paĆs del que fue deportado por no estar vacunado. El conflicto tomó tal relevancia mundial, que le generó inconvenientes con sus sponsors, como es el caso de Lacoste.
El tenista serbio arribó al paĆs oceĆ”nico con una exención mĆ©dica por no estar vacunado contra el COVID-19, intentando asĆ pasar por sobre las leyes nacionales aplicadas a partir de la pandemia. Si bien tenĆa visado, una vez en suelo australiano el Ministerio de Inmigración de Australia decidió revocar el permiso. De esta manera, se generó un gran conflicto mundial, acrecentado mĆ”s aĆŗn por la grieta existente entre quienes estĆ”n a favor y quienes estĆ”n en contra de las vacunas.
Lo cierto es que Djokovic encabeza algunas fundaciones, que probablemente no se sientan muy cómodas ante este fenómeno de opinión pĆŗblica de alcance global. AdemĆ”s, es la cara de varias empresas de ropa, autos, accesorios y artĆculos deportivos; a quienes en este caso, una situación como la acontecida, puede derivar en una crisis de reputación que afecte seriamente su marca, generando incluso pĆ©rdidas económicas. Ese hecho llevó a que Lacoste, la conocida marca del cocodrilo, se exprese a travĆ©s de un comunicado: Ā«en cuanto sea posible contactaremos con Novak Djokovic para revisar los acontecimientos que han marcado su presencia en AustraliaĀ».
BĆ”sicamente, la crisis de reputación a la que le temen todas las organizaciones, se produce cuando un suceso negativo afecta la imagen de marca de una empresa causando daƱos a su reputación ante los consumidores, accionistas u otros actores sociales. Y si bien la misma puede tener diferentes orĆgenes, uno de ellos es la crisis por patrocinio.
Primero que nada, es necesario entender que, en el momento en que una empresa decide realizar acciones de patrocinio, lo hace con el objetivo de crecer y mejorar su posicionamiento, imagen, valores y prestigio; ya que no es una herramienta de venta inmediata. Esta acción apunta a objetivos concretos de brand equity (capital de marca que refiere al valor percibido por los pĆŗblicos), que se verĆ”n reflejados en la proyección de la imagen total de una marca. En sĆ, trata de establecer una relación simbiótica, donde tanto patrocinado como patrocinador obtengan el mĆ”ximo beneficio mutuo.
Luego, la organización definirĆ” quien serĆ” su patrocinado, y para ello, tendrĆ” en cuenta principalmente la coincidencia de valores, debido a que serĆ” el encargado de transmitir la cultura de la empresa a la sociedad. Por ejemplo: Tiger Woods, el exitoso tenista norteamericano, fue en su Ć©poca de gloria la cara de marcas como Accenture, Nike, Gillette, Electronic Arts y Gatorade, convirtiĆ©ndose en el primer deportista estrella en ganar u$s 1.000 millones. Sus valores como deportista y marido ejemplar dedicado a la familia, era lo que mantenĆa el vĆnculo con sus patrocinadores. Pero, en el aƱo 2009 la reputación del golfista (con 34 aƱos) quedó destruida despuĆ©s de que sus infidelidades salieran en todos los televisores, diarios y pĆ”ginas de Internet alrededor del mundo, tras un misterioso accidente automovilĆstico. La crisis fue tan grande que llevó a Woods a decidir retirarse por un tiempo del golf, y las empresas patrocinadoras debieron lidiar con los daƱos financieros sufridos, desde la producción de nuevos anuncios hasta los costos que significaron las propias campaƱas de relaciones pĆŗblicas para intentar dar explicación a la ruptura con el jugador.
Aunque el caso del tenista serbio es muy parecido al de Tiger Woods, reviste de una mayor gravedad. Porque surge de una acción en contra de las leyes de un paĆs, en medio de una pandemia, por la que aĆŗn sigue muriendo gente. No sabemos quĆ© va a suceder con los patrocinadores de Novak, pero seguramente si quiere mantener sus sponsors y los millonarios contratos, deberĆ” ser mĆ”s cuidadoso con sus acciones y sus declaraciones, para no caer en otra crisis de reputación.