Por Guillermo Ricca. Dr. en FilosofĆa
La movilización de los jubilados, cada miĆ©rcoles, reprimidos por la guardia pretoriana de Patricia Bullrich, la asesina mejor paga de la Argentina, por dĆ©cadasārecordemos que formó parte de la organización Montoneros, en los setenta y entregó a sus compaƱeros, despuĆ©s formó parte del gobierno con estado de sitio y cuarenta muertos, de la Alianzaāluego, del aparato represivo de Macri que se cargó y encubrió la desaparición y muerte de Santiago Maldonado y, ahora, de las fuerzas de represión ilegal del actual gobierno que, hace meses, abandonó el Estado de derecho para transformarse en una mafia estafadora y represora. Milei encarna a las fuerzas del cieloāes decir: del terror– y Bullrich es su brazo armado, como en una re make tardo moderna de La ciudad de Dios, de San AgustĆn. Tema nada menor y ocultado por los escribas y publicistas del gobierno que se reparten las pĆ”ginas de grandes diarios y canales de aire o de televisión por cable.
Hay que remontarse muchas dĆ©cadas atrĆ”s para encontrar en el paĆs el nivel de censura, de represión, de autoritarismo que exhibe sin pudor este gobierno. De modo anĆ”logo, no se recuerda un nivel de servilismo y obsecuencia semejante en una oposición democrĆ”tica. No recuerdo conducta mĆ”s vergonzosa y vergonzante de una oposición a un gobierno democrĆ”tico como la actual: el nivel de inmovilismo, de pasividad, de falta de propuestas, de ausencia total de interpelación a la sociedad, de falta de ideas y de compromiso con sus propios votantes, un sector que configura casi un cincuenta por ciento de la población, es inĆ©dito. Se parece mucho a la cobardĆa. Y es una cobardĆa que incluye a dirigentes partidarios del pejota, de la ucr, de la cgt y de la cta, sin excepciones. SĆ, con minĆŗscula.

Foto de Matias Baglietto
Mientras la dirigencia de la oposición estĆ” en Narnia, las fuerzas represivas estĆ”n en la primera fila del protagonismo, haciendo lo Ćŗnico que saben hacer: desplegar violencia con obediencia. Como siempre, el aparato represivo responde a lo peor de la polĆtica: es un axioma Āæpor quĆ©? Porque cuando al sistema polĆtico institucional se le acaban las respuestasāconvengamos que hace mucho que al sistema no se le cae una ideaālo Ćŗnico que queda es la violencia. Identificar como violentos a los manifestantes, infiltrarlos; la policĆa plantando armas ante cĆ”marasātodos lo vimosāacusar a un pibe que lucha por su vida, justificar volarle la cabeza diciendo que es un militante kirchnerista, algo que no se podrĆa haber dicho hace una dĆ©cada atrĆ”s, todo eso da cuenta del estado de virtual indefensión en que se encuentra la población de a pie, que si sale a la calle a reclamar ante un gobierno que es un estafa y ademĆ”s, pretende instalar una modalidad del terror ante imaginarias fuerzas golpistas, sabe que no contarĆ” con nadie. La multitud estĆ” sola. Abandonada a sĆ misma, en un coto de caza.
Digamos una Ćŗltima palabra sobre la presencia de simpatizantes de clubes de futbol en la marcha de los jubilados de 12 de marzo. En primer lugar: no fueron barras. Las barras son empresas y se mueven por el negocio. Quienes se movilizaron ayer son simpatizantes de clubes, hinchas, muchos del ascenso. El martes 12 no hubo ningĆŗn barra del fĆŗtbol argentino en las inmediaciones del congreso. Lo cual no impide que Joaquin Morales SolĆ” mienta sin pudor desde las pĆ”ginas del diario La Nación o que los esbirros del presidente lo hagan desde las pantallas de AmĆ©rica, como antes lo hacĆan desde LN+. No habrĆa que olvidar la complicidad de estos relacionistas pĆŗblicos con la mutación de la democracia en un rĆ©gimen de estado de excepción como el que hoy encarna el gobierno de Javier Milei y LLA.