El Bosque de Espinal en Argentina, que alguna vez cubrió cerca del 15% del territorio nacional, se encuentra en una situación crítica, con menos del 5% de su extensión original en la actualidad. Este ecosistema, considerado uno de los más degradados del país, enfrenta una serie de amenazas que ponen en riesgo su existencia.

El avance del desmonte, la agricultura intensiva y el cambio climático son los principales factores que contribuyen a su deterioro. La urgencia de proteger el Espinal radica en sus funciones vitales: regula el agua y el clima, proporciona refugio a miles de especies y ofrece servicios esenciales que benefician incluso a las zonas productivas del país.

A pesar de la grave situación, todavía hay esperanza. La recuperación del monte es posible a través de un manejo cuidadoso, decisión política y trabajo constante. Cada individuo también puede contribuir a este esfuerzo, comenzando con acciones pequeñas y accesibles en su propia comunidad.

La recuperación del Bosque de Espinal no es solo una labor colectiva, sino un compromiso hacia un futuro más sostenible. La protección de este ecosistema es fundamental para asegurar un equilibrio ambiental que beneficie a las generaciones actuales y futuras.

“Invitamos a toda la comunidad a informarse, involucrarse y ser parte de este proceso de recuperación. Juntos, podemos marcar la diferencia y asegurar que el Espinal no solo sobreviva, sino que prospere una vez másâ€, es la propuesta que destacan los integrantes de la Fundación Monte Alegre.