Por Sandra Choroszczucha  – Politóloga y Profesora de la Universidad de Buenos Aires. www.sandrach.com.ar

Mientras me preparo para escribir sobre el último debate presidencial, sobre parecidos o contrastes con el anterior, sobre la influencia de éstos respecto al direccionamiento del voto, escucho que el dólar blue ya ingresó en los cuatro dígitos, y desde ese momento el interrogante sobre qué candidatos tienen más chances de ganar en primera vuelta o de llegar al ballotage en las próximas elecciones, se vuelve más incierto.
Mientras me preparo para escribir, también observo como durante un día completo lideró la tendencia en la red social X (ex Twitter), una noticia sobre audios que comprometerían al ministro de economía de Patricia Bullrich, Carlos Melconian. Lo que se escucha que dice Melconian en los videos es asqueroso y deshonesto; el periodista que hizo circular estos videos es una persona que demostró en el pasado ser un mercenario y operador político con cero ética, pero si lo que circuló es cierto, el ministro de Bullrich no es un ministro probo, sino un deshonesto más. Y no sabemos si es cierto porque el blindaje en medios de comunicación sobre un tema que saturó las redes durante los últimos días, fue casi absoluto. Con estas aclaraciones quiero decir que, escribir con estos paréntesis poco claros, no es fácil, pero ahí vamos.

Debates y sinergia del voto

El segundo debate mostró posicionamientos y reacciones diferentes al primero; el del 1 de octubre, denotó con contundencia la polarización entre Sergio Massa y Javier Milei, y esto también pudo observarse en el anterior debate vicepresidencial donde el oficialista Agustín Rossi y la libertaria Victoria Villarruel confrontaron despiadadamente. Y cuando se despliega esta marcada polarización, un tercer competidor o competidora suele resultar indiferente, y al resultar indiferente pierde visibilidad y si pierde visibilidad no se destaca, y si no se destaca en campaña, sus chances de ganar una elección disminuyen significativamente. En el primer debate vicepresidencial, al candidato a vice de Patricia Bullrich, Luis Petri, lo escucharon poco, y no pudo evitar que Rossi y Villarruel capten la mayor atención. En el primer debate presidencial la candidata Bullrich habló poco, y no pudo evitar que Massa y Milei capten la mayor atención. Según diferentes sondeos de opinión (que se equivocan muchísimo) la candidata de Juntos por el Cambio en campaña en medios de comunicación, en redes sociales y en el primer debate presidencial continuaba perdiendo peso específico en esta elección de tercios.

El 8 de octubre llegó el segundo debate presidencial, y Bullrich cambió su posicionamiento y reacciones, se la vio más proactiva y más contestataria, y se la vio dispuesta a polarizar más aguerridamente con Massa, como la candidata de la orgánica oposición contra el kirchnerismo. Al mismo tiempo, Milei no se lució como en el primer debate, repitió algunos argumentos para deslucir a Bullrich, por momentos habló “en difícil” para explicarnos sobre el necesario enfrentamiento contra el crimen y la delincuencia, y sí volvió a polarizar inteligentemente con Massa, pero en esta vuelta los demás candidatos – Patricia Bullrich, Juan Schiaretti y Miriam Bregman – también polarizaron con Massa, y lo cuestionaron tanto, que en un apartado que abordó la crisis económica, los cuatro opositores pidieron replicar para poder interpelar al candidato oficialista, ministro de Economía hace más de un año.

Recordemos que luego de las PASO, pudo constatarse que a nivel candidatos, Milei encabezó con casi 30% de apoyo porque no compitió en una interna, Massa lo secundó con cerca del 21% de los votos al ganar la interna a Juan Grabois, y Patricia Bullrich quedó en tercer lugar con casi 17% al ganar la interna a Rodríguez Larreta.
Estos datos denotan hasta el momento que: Milei encabeza, entre Bullrich y Massa se disputa el segundo lugar, y las probabilidades de ir a un ballotage son grandes. En el primer debate, como se mencionó, la polarización y centralidad se pudo concretar entre Massa y Milei – esto aumentaba las chances de Massa de llegar al segundo lugar -. En el segundo debate, la polarización y centralidad se pudo concretar entre Massa y Milei, pero también entre Bullrich y Massa – esto da chances de llegar al segundo lugar tanto a Massa como a Bullrich -. Pero en el segundo debate ocurrió algo más, todos los candidatos en carrera confrontaron con Massa en el afán de achacarle que, bajo su conducción, la devaluación y la consecuente inflación están depreciando terriblemente la vida de los argentinos – esto disminuye las chances de Massa de llegar al segundo lugar -.

La devaluación e inflación afectan
Por otra parte, Massa en las últimas semanas definió que el “plan platita” prolifere con prisa y sin pausa, el gasto público sigue creciendo, y el déficit fiscal y la emisión monetaria y la inflación. En el mismo desorden de cosas, la devaluación siguió rebajando a nuestra moneda, y esto cuentan los kirchneristas y también dirigentes de Juntos por el Cambio que es responsabilidad de Milei que dijo que el peso argentino es excremento, y que sugirió que nadie coloque su plata en un plazo fijo en pesos, y desde ya que estas afirmaciones tendenciosas tienden a generar corridas contra el peso, pero La Libertad Avanza y Juntos por el Cambio reafirman que el origen de esta devaluación y la consecuente inflación responden centralmente al gasto público y la emisión monetaria que Massa parece no querer o poder frenar.

Concluyendo
Cuestionado por toda la oposición, ya sin respuestas muy convincentes y ministro de una economía con un peso que sigue devaluándose, Massa podría ser “expulsado” del presunto segundo lugar en la competencia electoral del 22 de octubre. Algunas encuestas comunican que Milei podría ganar en primera vuelta y en ese caso el presunto segundo lugar de Bullrich no cuenta. Pero si se presentara un escenario de ballotage, y Bullrich compite con Milei, las chances de la candidata de Juntos por el Cambio de triunfar en segunda vuelta pueden presumirse altas, si uno observa con cierta lógica ideológica las posibles segundas preferencias del electorado de Schiaretti, Bregman e incluso de Massa – aunque en la lógica ideológica 2023 también se infieren rarezas tales como que los votantes de Massa podrían elegir en un ballotage a Milei -.
Por otro lado, lo que no trascendió en medios de comunicación, pero si en redes sociales sobre las presuntas “trampitas” de Melconian de tráfico de información desde el Banco Nación y presuntas “trampitas” de acoso a señoritas a cambio de ofrecerles cargos públicos en planta permanente, puede llevar a que el apoyo hacia Bullrich se vuelva más incierto. Sobre esto último es muy difícil inferir efectos posibles sobre el voto, porque el blindaje de los medios sobre estas escuchas fue casi total y el feed back entre medios y electores también quedó blindado, mientras el tema sigue sobrevolando alto en redes sociales.

Por último, cabe destacar, que, en el segundo debate, el candidato Schiaretti volvió a demostrar que su oratoria es correctísima, y que en su disertación volvió a explicitar con claridad todo lo que hizo en Córdoba y quiere hacer si él llegara a la presidencia – los números no le dan para ganar, pero puede sorprendernos una escalada de votos de un candidato sólido en sus argumentos y moderado en su posicionamiento ideológico-. Por su parte, Bregman, tal vez logre sumar apoyo de los defensores del terrorismo internacional o perder votos de los que repudian al terrorismo internacional.