El presidente de CARBAP, una de las más importantes entidades agrarias, criticó el proyecto de ley de una legisladora para que se abone por la emisión de metano de cada ganado bovino.

La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) cuestionó la iniciativa de crear un impuesto sobre el gas metano que emiten las vacas al señalar que “afecta directamente a los que producen” y que surge de la desinformación.

Un proyecto de ley presentado en la Legislatura bonaerense por la diputada Lucía Lorena Klug (Unión por la Patria), generó un escándalo en el sector agropecuario al proponer cobrar un «impuesto» al gas metano que emiten las vacas durante su proceso digestivo.

Según supo la Agencia Noticias Argentinas, la iniciativa busca crear la «Tasa Ambiental sobre el Metano en Buenos Aires (TAMBA)», que obligaría a los productores ganaderos a pagar en función de los kilogramos de dióxido de carbono equivalente (CO₂e) emitidos, calculados en relación a la cantidad de cabezas de ganado.

En diálogo con el programa Vamos Rivadavia por Radio Rivadavia, el presidente de CARBAP, Ignacio Kovarsky, sostuvo que la intención de crear una Tasa Ambiental sobre el Metano en Buenos Aires (TAMBA), por parte de la legisladora Lucía Klug (Unión por la Patria) es “una cosa increíble”.

En este aspecto, reconoció que “es un proyecto que hace unos meses que está pero ha tomado relevancia y vuelo estos últimos días” y criticó que “lo único que se le puede ocurrir a la legislatura bonaerense es gravar cada vez más a los que producen”.

Al compartir que tuvo un diálogo con la legisladora que impulsa la iniciativa, el dirigente agropecuario precisó que “ellos entienden que gravando con una tasa ambiental van a concientizar a los productores a que se esfuercen en que hagan una ganadería más sustentable y de esa manera generar un fondo para la mitigación de la contaminación”.

En este sentido, expresó que “lo que creen es que grabando y generando más impuestos algo va a cambiar por una cuestión de intención nomás”.

Asimismo, Kovarsky expuso que la iniciativa carece de sentido ya que “hay falta de sustento porque en el mundo ya ni siquiera se habla de emisión como refiere este proyecto” al puntualizar que “hoy se habla de balance de carbono”.

Al respecto, explicó que “el metano de la vaca en 9 a 12 años se disocia en vapor de agua y carbono, que es el sustento fundamental para el pasto y para las plantas para producir oxígeno y materia verde”.

De esta manera, insistió en que “hay un error conceptual de la diferencia de contaminación y emisión” y reveló que “en la ganadería argentina el feedlot es lo que menos se hace”.yHM8ew

En este marco, Kovarsky apuntó que “están poniendo el foco en uno de los sectores que menos emite” y afirmó que “hay una desinformación abismal” por parte de los impulsores del proyecto en todo lo relativo al tema.

Los bovinos emiten metano principalmente por los eructos que producen durante la fermentación entérica, un proceso natural de digestión en el rumen. Este proceso, que convierte el alimento en energía y nutrientes, genera metano (CH4) como subproducto. Aunque una vaca puede eructar unos 300 litros de metano al día (lo que equivale a unos 120 kg al año), esta cantidad varía según la dieta, el peso y otros factores. La investigación se enfoca en reducir estas emisiones mediante la modificación de la dieta, por ejemplo, incorporando algas o inhibidores de metano, o mejorando la calidad del forraje.

El metano es un potente gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global.

Se están investigando métodos para reducir las emisiones, como la adición de inhibidores de metano o extractos de plantas a la dieta, y el uso de algas marinas para alimentar a los rumiantes.