La Diputada Nacional Gabriela Estévez presentó un proyecto de Ley para aceptar la cesión a la Nación del dominio y la jurisdicción ambiental sobre un sector de los Bañados del río Dulce y de la laguna Mar Chiquita para la creación de áreas protegidas.

“La presentación de este proyecto de Ley es una extensión del compromiso que asumimos en mayo cuando en la localidad de Miramar anunciamos la creación de éstas nuevas áreas protegidas”, comentó Estévez. “Las políticas públicas de conservación ambiental son fundamentales para combatir el cambio climático. Proteger los humedales y bosques nativos, y a todas las especies que viven en ellos, es proteger nuestra casa común, mejorar nuestra calidad de vida, por ejemplo, previniendo las inundaciones y los incendios que tienen un altísimo costo ambiental, económico y social para nuestras comunidades”, explicó la diputada.

“Estamos convencidos que la justicia ambiental y la justicia social van necesariamente de la mano”, concluyó.

El proyecto de Ley presentado por Estévez identifica dos sectores a proteger, el sector de la laguna donde aplica adecuadamente la categoría de Parque Nacional, y el sector norte de la misma, correspondiente a los bañados del río Dulce, bajo uso productivo, como Reserva Nacional.

Este ecosistema contiene un gran humedal de importancia continental y el quinto lago salino más grande del mundo. Constituye un verdadero santuario de la biodiversidad con más de 450 especies de fauna autóctona, muchas de las cuales se encuentran en grave peligro de extinción, como el aguará guazú. Además, cuenta con una diversa vegetación que incluye pajonales, pastizales, bosques, arbustales y vegetación acuática. Su conservación es fundamental para evitar inundaciones, depurar las aguas, regular el clima y controlar las plagas.

Sin embargo, este ecosistema se encuentra amenazado por el consumo urbano, agrícola e industrial de agua; por la contaminación producto del uso excesivo de fertilizantes y herbicidas, así como por los desechos urbanos e industriales; por la caza de fauna nativa, especialmente mamíferos y aves; por la deforestación, que prácticamente ha ocasionado la desaparición de los bosques costeros; por el sobrepastoreo y el creciente uso de alambrados; y por el injerto de especies exóticas invasivas.

El Parque Nacional Ansenuza se suma a los Parques Nacionales de la Quebrada del Condorito y de Traslasierra. Cabe recordar que Estévez también presentó un proyecto de Ley para re-denominar a éste último como Parque Nacional Pinas.