El país se destaca en la región por el avance de la inteligencia artificial. El informe internacional lo ubica por encima de la mayoría de sus vecinos y prevé un mercado que alcanzará los 1.600 millones de dólares este año, con proyecciones de superar los 6.470 millones en 2031.

La inteligencia artificial dejó de ser una promesa para convertirse en una herramienta concreta que atraviesa la vida cotidiana en Argentina. Su adopción se expande tanto en el ámbito público como en el privado, con soluciones que van desde chatbots que agilizan gestiones estatales hasta plataformas médicas que optimizan la atención de los pacientes. El país aparece bien posicionado a nivel regional: el Índice Global de IA lo ubica en el segundo lugar en América Latina, solo detrás de Brasil, un reconocimiento que se combina con un mercado en crecimiento. Las proyecciones de Statista marcan que en 2025 se moverán 1.600 millones de dólares y que en 2031 esa cifra podría superar los 6.470 millones.

Los casos de uso ya son múltiples. En el sector agropecuario, la inteligencia artificial se emplea en el monitoreo de cultivos y la gestión de datos para optimizar la producción. En el ámbito financiero, ayuda a detectar fraudes y evaluar riesgos. En el retail y el e-commerce, impulsa la personalización de las compras y la mejora de la logística. En la salud, permite organizar turnos, apoyar diagnósticos médicos y hacer más eficientes los procesos en hospitales y clínicas. Incluso en la manufactura, se aplica en controles de calidad más precisos.

El Estado argentino también incorporó herramientas digitales basadas en IA. La Ciudad de Buenos Aires cuenta con “Boti”, un chatbot que atiende consultas y gestiona turnos por WhatsApp, mientras que el Gobierno Nacional lanzó “Tina”, con funciones similares para trámites de alcance federal. Estas plataformas ofrecen atención permanente y en pocos segundos, y varios municipios del país ya evalúan replicar experiencias similares para la atención ciudadana.

En el sector privado, la innovación se refleja en empresas que lideran la aplicación de IA. BotMaker desarrolla sistemas que permiten a las marcas responder miles de consultas de clientes por WhatsApp o Messenger sin perder coherencia. Keepcon utiliza la tecnología para moderar contenido en línea y analizar tendencias en conversaciones digitales. En el ámbito sanitario, Osana aplica la inteligencia artificial para anticipar picos de demanda y optimizar la gestión de turnos. También se destacan iniciativas como CUX, que acompaña a los usuarios en su bienestar emocional, y LARA, enfocada en la salud de los equipos de trabajo. En paralelo, en el comercio electrónico, Atento aprovecha la IA para interpretar datos, prever necesidades y realizar recomendaciones personalizadas.

Para especialistas y empresarios, la clave es comprender que la adopción no depende de un futuro lejano, sino de las decisiones presentes. “La inteligencia artificial no es solo una tendencia global: es una oportunidad concreta para transformar sectores clave de la economía argentina y posicionarnos con soluciones propias en el escenario internacional”, afirmó Fernando Fariña, COO de Streambe.

Los analistas coinciden en que Argentina cuenta con creatividad, resiliencia y capacidad técnica, pero que será necesario fortalecer la colaboración entre el sector público, privado y educativo para aprovechar plenamente el potencial de esta tecnología. En palabras de los referentes del ecosistema, el futuro no se espera: se construye.

Fuente: Innovación Digital 360